No llevando otro equipaje
que las sandalias en la mano
paseo descalza sobre la arena
acompañada de la luna plena
Miro al santuario del mar
y comienzo a hablarle
de mi historia enmarañada
de resonancias de recuerdos
de cristales de relojes rotos de arena
De lo ficticio que mi existencia
ahora se me representa
Solicita y afectuosa
la humedad del mar
sobre mi piel se precipita
haciéndome sentir una repentina languidez
Por mis mejillas
con paso resuelto lagrimas descienden
como si buscaran algo o alguien
Como si fueran al encuentro del infinito
Al reencuentro del Amor
después de una larga ausencia
En busca del refugio del mundo de los sueños
donde lo real y lo ficticio se entremezclan