viernes, 26 de febrero de 2021

Los adoquines © Julia Rubiera

Miro el argénteo de la luna  

que apenas roza los adoquines de las calles 

Calles silenciosas, entumecidas, deshabitadas 

Cual si hubieran sido victimas 

de un inmenso infortunio 

Sin ellas saberlo 

Por el despotismo 

sometidas a libertad vigilada 

Apropiándose de ellas la nada 

Tomo un gran soplo de aire 

y miro la efímera existencia 

de las volutas de humo del cigarro 

Al tiempo, entre mis dedos escapándose 

A la soledad desvelada 

sin avisar y sin consenso 

pasearse por los adoquines descalza 

Sin latido de vida

Sin forma 

Ni alma