Enfrente de la ventana ve los adoquines
reinando en ellos un mortal silencio
Transcurrir el tiempo con su acompasada cadencia
de movimiento eterno
En tanto blasfema
Oprime entre sus manos
de la esperanza, todas sus esencias
Su boca de besos sedienta
naufraga en el océano de la espera
Tratando de ocultarse para no ser vista
una lagrima maciza sobre su rostro
se va dibujando lentamente
por los días perdidos dejando ecos inertes
Por el tono agudo de la tristeza
relacionada con la muerte
Enfrente de la ventana
ve ocultarse el sol
Y teme que la oscuridad de la noche le arrebate
sus pasos de infancia
el susurro de las emociones
el lenguaje de los sentimientos
La hiciera volatilizarse
como si jamás hubiera sido
Y al alborear
no ser más que velo de cenizas
Y no ser más que olvido
Infinitas gracias entrañables amigos/as por a mis humildes letras vuestro respeto y cariño
Julia Rubiera