viernes, 31 de marzo de 2023

Dos cajinas de madera © Julia Rubiera

 Sus nietos le habían fabricado tiempo ha

dos cajinas de madera 

Donde el ahora guarda 

la tierna flor de sus quimeras 

Suspiros abonanzados de invierno

prendidos en la túnica anaranjada de Eos 

Palpitantes aromas de primavera 

fecundando la recia  matriz de la antiquísima Madre Tierra 

Colores de atardeceres otoñales 

reflejándose sobre antediluvianas cristaleras  

Melodías de verano lamiendo las olas del mar 

Cuando la luz del día pende de un cordoncillo de seda 

el abuelo abre las cajinas 

para que la vida le pese menos

Para que las palabras vacías y las ausencias 

no lo hagan morir lentamente por dentro 

Para sobreponerse a lo absurdo de la existencia