Cuando la melancolía se instala en nuestro día a día
Cuando hay más debe que haber en el inventario de nuestra vida
Cuando guardamos los sentimientos en el altillo del armario
para que no sean dañados por la ventisca
Cuando la mente busca una solución
y en nuestras pupilas solo se refleja la nada, el vacío
Es toda una proeza para los sentidos
luchar para que los aromas y los colores de un nuevo día
nos sorprendan y nos dibujen en los labios una sonrisa
Luchar para que nuestra piel no olvide
que una caricia, cura todas las heridas
Para que nuestras entrañas no dejen de enternecerse
al escuchar el llanto de un niño, una palabra de aliento, de cariño