El día le dio unas palmaditas cariñosas a la noche
que comenzaba a cubrir con su manto el cielo,
partiendo sin volver la cabeza.
En ese mismo instante ella percibió rumores,
que provenían de un rincón de su mente,
invisibles por su naturaleza.
Era el lento caminar del tiempo,
y la misteriosa eufonía del silencio,
que jugaban a nombrar las dulces voces,
que en un tiempo oyeron.
Las veces que el corazón luchó
contra la densa niebla,
contra las plantas trepadoras gruesas,
que hacían amago de cortarle el aliento
y robar su independencia.
De glorias de amores
que ahora duermen el sueño de la Bella Durmiente.
A preguntarse mutuamente con los ojos cerrados
¿ Quien orienta la dirección de los pasos,
que los impulsa para que no se detengan
y así evitar que se hundan en la desgarradora evidencia ?
Acaso será:
¿ La estrella polar ?
¿ El sol, la luna, el viento ?¿ El atlas de las estrellas ?
O quizá fuera...
¿ La melodía de las esferas ?